"Es la perspectiva compositiva y dramatúrgica de Wagner sobre la memoria en Parsifal a partir de la cual desarrollé mi concepto escénico: Un hombre adulto de mi edad recuerda al joven, casi todavía el muchacho que una vez fue. Para nosotros, la música de Wagner surge del movimiento interior del protagonista y se sitúa en el contexto de una disposición escénica experimental. Parsifal se ve sobrepasado o abrumado por sus recuerdos, a veces se pierde en ellos. Descubre lo reprimido. La ruptura en el tiempo entre los dos primeros actos y el tercero me llevó a contar la historia del Parsifal maduro en un flashback, por así decirlo, que nos lleva a través de los acontecimientos de los dos primeros actos hasta que llegamos al presente del narrador en el tercer acto. En los tres actos se produce lo que yo entiendo como un encuentro sagrado o místico entre el Parsifal de entonces y el Parsifal de ahora. Es importante para mí subrayar que he creado un espacio poético de la memoria en el que -al igual que en nuestros recuerdos- puede haber contradicciones y en el que diferentes niveles pueden superponerse o sustituirse unos a otros como en un fundido cruzado." (Kirill Serebrennikov)

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