Con motivo del 250 cumpleaños de Beethoven, nada menos que el actor austriaco y ganador de un Oscar Christoph Waltz realizó la dirección escénica de la nueva producción de Fidelio del Theater an der Wien. Allí, en uno de los teatros de ópera más antiguos de Viena, Ludwig van Beethoven era lo que hoy se llamaría un compositor residente. Y lo fue en dos sentidos: aquí vivió durante dos años en un apartamento del ala del edificio. Y fue aquí donde estrenó muchas de sus obras orquestales más famosas, sinfonías y su única ópera: Fidelio. Dos de las tres versiones se escucharon por primera vez en el Theater an der Wien, en 1805 y en 1806. 
En su tercera producción operística, Waltz escenifica brillantemente la segunda versión de la ópera en el impresionante decorado diseñado por el estudio de arquitectura germano-americano Barkow Leibinger.  El paisaje abstracto de escaleras en forma de doble hélice, que simboliza una prisión, extiende el espacio hasta el teatro del fondo y es infinitamente cambiante en el concepto de iluminación cinematográfica del habitual de Hollywood.

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