El nombre de Pierre-Laurent Aimard es sinónimo de calidad y maestría al piano. Considerado por muchos como un visionario del repertorio para piano, se presentó en el Festival de Granada recuperando Tombeau à Claude Debussy, una obra colectiva encargada por el musicólogo Henri Prunieres en 1920 como homenaje al genial compositor francés. El Tombeau recoge algunas de las páginas más complejas y conmovedoras para piano de principios del siglo XX de autores como Malipiero, Bartók, Goossens, Stravinski o Dukas. La intervención de Aimard se completó con una selección de las mejores páginas para piano de Debussy, genio omnipresente durante el Festival de 2018.