Lü Jia dirige Mozart y Bruckner
En 1786, Mozart acababa de cumplir 30 años. No era consciente de que marcaría el principio del último capítulo de su vida. El Concierto para piano nº 23 se compuso en ese año, solo cinco años antes de su muerte, e incorpora todo el pensamiento musical de este joven genio en la cumbre de su poder creativo. Chaikovski consideraba a Mozart el “Cristo de la Música” y sus propias Variaciones sobre un tema rococó de 1876 fueron, en cierta manera, un tributo a Mozart, Haydn y demás compositores clásicos. Frente a la intensa pasión de muchas de sus obras más conocidas, esta pieza cautiva por su elegancia, remontándose a eras musicales anteriores. Bosques Silenciosos, de Dvorak, fue compuesta más o menos en la misma época y es un reflejo de la conexión profunda del compositor con su tierra, usando melodías de influencia bohemia.
La Sinfonía nº 2 de Bruckner se presentó por primera vez en 1873 y existen varias versiones de la obra. Sigue siendo la única de sus obras sinfónicas que no lleva dedicatoria y, al mismo tiempo, la primera pieza en la que sale a relucir su poderoso estilo musical. En 1868, Bruckner acababa de presentar su Sinfonía nº 1 en Linz, mudándose al poco a Viena, un viaje que llevaba tiempo deseando hacer. Cuando cinco años después presentó su Sinfonía nº 2 ya se acercaba a la cincuentena. Ese año también logró peregrinar a Bayreuth, donde por fin conoció a su héroe, Wagner. Mostró al venerado compositor su recién completada Sinfonía nº 2 y la Sinfonía nº 3 que aún estaba desarrollando, expresando su deseo de dedicarle a Wagner una de ellas. El compositor mayor comentó que la Sinfonía nº 2 era “muy bonita” pero parece que prefirió la nueva obra. Los nervios de Bruckner durante la reunión fueron tales que se olvidó completamente por cuál de las sinfonías había expresado su preferencia Wagner y tuvo que escribirle después para confirmarlo. Finalmente, dedicó la Sinfonía nº 3 a Wagner, con intención de dedicar la nº 2 a Liszt. Liszt aceptó su dedicatoria pero después olvidó la partitura en la habitación del hotel. Esto hizo enfadar a Bruckner, quien decidió retirar su dedicatoria. En esta obra, las largas pausas a menudo marcan la división entre frases musicales, convirtiéndose en otro distintivo de la sinfonía, hasta el punto de que a veces se la conoce como “la Sinfonía de las pausas”.
Director musical | Lü Jia
Pianista | Sa Chen
Orquesta del Gran Teatro Nacional de China
Programa
Wolfgang Amadeus Mozart
Concierto de piano Nº 23 en La mayor
Anton Bruckner
Sinfonía Nº2 en Do menor